La relación entre la alcaldesa de Otavalo, Anabel Hermosa y el alcalde de Ibarra, Álvaro Castillo, es tensa.
Todo empezó por los cuestionamientos de la autoridad otavaleña al modelo de gestión de la Mancomunidad del proyecto Pesillo – Imbabura. Hermosa señaló, en una reunión mantenida con los representantes de las juntas de agua del cantón, que no está claro el porqué se debe realizar una nueva inversión para las interconexiones. También cuestionó que desde el 2015, la presidencia de la macomunidad lo mantenga Ibarra y no existe alternabilidad.
Ante esto el alcalde de Ibarra señaló que la autoridad otavaleña desconoce de los procedimientos. «Durante la reunión de la mancomunidad inclusive dijo que Otavalo no necesita el agua del proyecto, lo que muestra un desconocimiento del proceso», puntualizó Castillo.
También señaló que durante la reunión Hermosa tuvo una actitud que generó el rechazo de los representantes de las comunidades y autoridades asistentes, al punto que la reunión debió suspenderse.
Con respecto a la presidencia de Ibarra explicó que lamentablemente desde el 2015, el proyecto no avanzó con la rapidez que amerita por lo que resulta poco viable que en cuatro meses se cambié la representación ante la necesidad de finiquitar lo más pronto posible este proyecto.
