Alcalde de Ibarra se reunió con representante de SolGold para conocer los beneficios sociales y económicos del proyecto.

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El proyecto Cascabel, uno de los proyectos mineros más grandes, impulsado por el Gobierno del Presidente Daniel Noboa Azín en la provincia de Imbabura, alcanzó un nuevo y significativo hito en su desarrollo. Tras completar satisfactoriamente la fase de exploración, el proyecto avanzó a la etapa de explotación, prometiendo un futuro donde el oro, la plata y el cobre serán aprovechados bajo estrictos estándares de sostenibilidad ambiental y social según la empresa concesionaria.

 

 

En una reciente reunión de trabajo, el Ing. Álvaro Castillo, alcalde del cantón Ibarra, se reunió con Luis Mario Sánchez, vicepresidente de la compañía SolGold, y su equipo técnico. El encuentro tuvo como principal objetivo articular acciones conjuntas para el aprovechamiento de las regalías mineras. Estas acciones buscan impulsar la economía local mediante la creación de empleos para los residentes de la zona de influencia, garantizando así una mejora significativa en su calidad de vida.

 

 

Ubicado en la parroquia La Carolina del cantón Ibarra, el proyecto Cascabel es la joya de la corona de SolGold, una compañía con operaciones centradas en Ecuador. La empresa ha comprometido una inversión de 3,200 millones de dólares en los próximos años para el desarrollo de este emblemático proyecto de cobre y oro, así como para actividades relacionadas.

El director ejecutivo de SolGold, Scot Caldwell, expresó su satisfacción por el acuerdo alcanzado con el Estado ecuatoriano: “[Este acuerdo] no solo refuerza la protección de nuestra inversión clave en Ecuador, sino que también simboliza una profundización de nuestra relación con el Estado ecuatoriano”. Este acuerdo representa la mayor inversión minera en la historia del país, independiente de los 4,311 millones de dólares ya comprometidos en el actual Acuerdo de Protección de Inversiones (IPA) para Cascabel.

 

 

En febrero, SolGold publicó un nuevo estudio de prefactibilidad (PFS) para el proyecto, destacando una notable reducción en los costos iniciales. El capital de preproducción para el desarrollo inicial de la mina, el primer módulo de la planta de proceso y la infraestructura, se ha estimado ahora en 1,550 millones de dólares, considerablemente menos en comparación con los 2,750 millones del PFS emitido en abril de 2022.

 

 

El tamaño del recurso indica el potencial de la mina para convertirse en un activo multigeneracional, posicionándola potencialmente entre las 20 minas de cobre y oro más grandes de América del Sur. La construcción de la mina está programada para comenzar en 2025, marcando el inicio de una nueva era en la minería ecuatoriana, con promesas de crecimiento económico y desarrollo sostenible para la región de Imbabura y para el país en su conjunto.