Suspenden competencia de aguas abiertas en la laguna de San Pablo por contaminación

El Circuito Andes Pacífico anunció oficialmente la suspensión del “Desafío Extremo” en la laguna de San Pablo, una competencia de aguas abiertas que formaba parte de su quinta edición. La decisión, según se informó mediante un comunicado, obedece a “motivos de fuerza mayor” relacionados con las condiciones ambientales del cuerpo de agua, que no garantizan la seguridad de los deportistas ni el desarrollo adecuado del evento.

 

Tras una evaluación técnica, la organización determinó que la laguna no se encuentra en condiciones óptimas ni seguras para albergar la competencia, debido a los niveles de contaminación y deterioro ambiental que afectan actualmente al ecosistema.

 

“La seguridad y el bienestar de nuestros atletas son prioridad, así como el respeto al medio ambiente”, señala el comunicado difundido por Andes Pacífico. La organización indicó que trabaja en la búsqueda de una nueva sede que cumpla con los estándares sanitarios, logísticos y deportivos necesarios, y que en los próximos días se anunciará la nueva locación y detalles de reprogramación del evento.

 

Un ecosistema bajo amenaza

 

La laguna de San Pablo, ubicada a los pies del volcán Imbabura, enfrenta desde hace años una creciente degradación ambiental. Investigaciones y reportes técnicos han advertido sobre la presencia de aguas residuales sin tratamiento, vertidos industriales, residuos sólidos y sedimentación acelerada, lo que provoca la disminución de la calidad del agua y afectaciones a la flora y fauna del ecosistema.

 

Pese a ser uno de los principales atractivos turísticos y naturales de la provincia, San Pablo se encuentra en situación crítica por la falta de un sistema integral de manejo ambiental y la presión urbana y agrícola en sus alrededores.

 

Comunidades, expertos y organizaciones ambientales han solicitado en múltiples ocasiones acciones urgentes para la recuperación del espejo de agua, entre ellas la implementación de plantas de tratamiento, control de vertidos y un plan de conservación a largo plazo.

 

La suspensión del evento deportivo evidencia las consecuencias directas del deterioro ambiental y reaviva el debate sobre la necesidad de una intervención coordinada y efectiva para salvar la laguna.

 

La comunidad nadadora y los organizadores del circuito Andes Pacífico han expresado su compromiso con un deporte seguro, responsable y en armonía con la naturaleza.

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