
El Cauchero es un centro turístico autosustentable que aprovecha todos los recursos naturales de la región. Este lugar lleva su nombre en honor a las personas que, décadas atrás, llegaron desde Manabí para aprovechar el caucho de los árboles, una práctica que ha desaparecido con la llegada del plástico.
Hace cuatro años, los hermanos Jhon y Kenedy Junín, originarios de la Amazonía ecuatoriana, llegaron con la ilusión de compartir con la comunidad y conservar las costumbres locales.
El centro está abierto al público el ingreso de manera gratuita, ofreciendo piscinas naturales, senderos, hospedaje avistamiento de aves como tucanes, colibríes y pavas del monte entre otros, además de una rica flora local. Jhon ha reforestado la zona con guayacanes y cultiva frutas como limón Meyer, plátano, salak, mango, toronjas, papaya, cacao, maíz, higo y yuca.

La mitad de la hacienda está dedicada a la conservación de la flora y fauna, y también se crían vacas, cabras, chanchos, codornices, gallinas y peces. Jhon se encarga del funcionamiento del centro turístico, mientras que Kenedy maneja la parte administrativa. El Cauchero cuenta con el patrocinio de la empresa Hormibolg.
El centro ofrece platos a precios accesibles, como chuleta ahumada por $4.50 y encebollados por $3. Rodrigo Callejas, de Buenos Aires, Argentina, es parte del equipo de cocina y ha compartido su cultura culinaria con la comunidad. El lugar recibe alrededor de 5000 personas al mes.
Los hermanos Junín tienen grandes planes para el futuro, incluyendo la construcción de piscinas de olas y centros de eventos.

El Cauchero no solo es un ejemplo de turismo autosustentable, sino también un modelo de cómo las comunidades pueden aprovechar sus recursos naturales de manera responsable y sostenible. La visión de los hermanos Junín ha transformado un área que alguna vez dependió del caucho en un centro vibrante de conservación y educación ambiental.
Con el apoyo de la comunidad y el patrocinio de empresas como Hormibolg, El Cauchero está bien posicionado para seguir creciendo y ofreciendo nuevas experiencias a sus visitantes. Este proyecto demuestra que es posible combinar el desarrollo económico con la conservación del medio ambiente, beneficiando tanto a la naturaleza como a las personas.
