
En el centro histórico de Ibarra, en la esquina de las calles Bolívar y Flores, se levanta uno de los inmuebles más emblemáticos de la provincia: el edificio de la Gobernación de Imbabura. Sin embargo, lo que en su momento fue un referente arquitectónico y administrativo hoy enfrenta un grave deterioro que lo coloca al borde del colapso estructural.
La falta de recursos para su restauración y un complejo panorama administrativo han generado una situación crítica. Aunque el inmueble se ubica junto al Municipio, no pertenece a la Alcaldía de Ibarra, sino al Gobierno Nacional. Esta distinción en la propiedad ha dificultado la toma de decisiones para garantizar su preservación.

El gobernador de Imbabura, Israel Cabezas, explicó que el edificio fue entregado a la Gobernación por la Corte Nacional bajo la condición de que sea utilizado por esta entidad. “Si no cumplimos con este requisito, tenemos la obligación de devolverlo”, señaló. Sin embargo, el actual estado de la infraestructura hace prácticamente imposible su uso seguro.
De acuerdo con los técnicos que han evaluado la estructura, la reparación integral del inmueble requeriría una inversión aproximada de USD 1’600.000. No obstante, advierten que cada día sin intervención incrementa el deterioro y, por ende, los costos de recuperación. Entre los problemas más evidentes se encuentran filtraciones de agua, debilitamiento estructural, fallas eléctricas y presencia de plagas. Los especialistas alertan además que los daños más graves podrían encontrarse en los cimientos y la estructura interna.

Ante la imposibilidad de la Gobernación de asumir los costos, la Alcaldía de Ibarra ha intervenido de manera preventiva. Entre las acciones ejecutadas constan: instalación de sobrecubiertas para evitar filtraciones, limpieza de maleza en las estructuras, programas de desratización, medidas de seguridad para prevenir accidentes y aplicación de normativas de control patrimonial.
Aunque estas medidas han evitado un deterioro aún mayor, representan un gasto constante para el municipio, sin que el inmueble pertenezca formalmente a la ciudad.
El futuro del edificio de la Gobernación sigue en incertidumbre. Mientras tanto, una joya patrimonial de Imbabura continúa desvaneciéndose con el tiempo.
