Tres provincias se benefician del proyecto Biocorredor Andes Norte

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El FIEDS es la entidad cooperante para el desarrollo de esta acción en Imbabura, Carchi y Pichincha. Entregará un financiamiento de 1.749.086 dólares. Los socios aportarán con 274.266 dólares. El propósito es contribuir a la resilencia de los paisajes bioculturales andinos, mejorando la conectividad e impulsando la gestión sostenible de agrosistemas frente a un escenario de cambio climático.

En el auditorio del Patronato Provincial de la Prefectura de Imbabura,  con la presencia de autoridades provinciales, representantes de las entidades cooperantes y beneficiarios, en un ambiente festivo se presentó oficialmente el proyecto denominado “Biocorredor Andes Norte: Conectividad para la Resiliencia de los Paisajes Andinos, BIAN”.

El proyecto es financiado por el Fondo Ítalo Ecuatoriano para el Desarrollo Sostenible, FIEDS, ejecutada por ECOLEX y COSPE, junto a las prefecturas de Imbabura, Carchi y Pichincha y en coordinación con el Consorcio de Gobiernos Provinciales del Ecuador, CONGOPE.

El objetivo es constituir un corredor de conectividad y conservación que está pensada como una estrategia que permita el ordenamiento y planificación territorial, orientada hacia la restauración de paisajes, que cumplen funciones ecosistémicas importantes para la vida y desarrollo de las comunidades locales y pueblos indígenas, que favorezcan la conectividad ecológica, como un medio para la construcción de paisajes resilientes. 

Estas acciones apoyarán el fortalecimiento de capacidades técnicas institucionales a manera de conformar un modelo participativo de manejo de los recursos naturales, enfocado en la conservación, restauración, sistemas de producción sostenibles y capacidades adaptativas para reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia de las comunidades.

Las buenas prácticas, modelos y herramientas que se implementarán en las tres provincias serán sistematizadas, analizadas y socializadas con las demás provincias andinas para ser replicadas en otros territorios con condiciones y problemáticas similares.

Para Imbabura Geoparque Mundial el enfoque participativo es primordial, por lo que, durante la ejecución del Proyecto Biocorredor Andes Norte – BIAN, en todas las etapas se promoverá el involucramiento de mujeres, jóvenes y nacionalidades indígena.

En el territorio de influencia  hay presencia de pastos, nacionalidades perteneciente al pueblo kichwa, pueblos karanki, otavalo, natabuela, cochasquí, cayambi, en menor proporción pueblo afroecuatoriano y mestizo.

Estos grupos participarán directamente en actividades de protección de las cuencas hídricas con las poblaciones que manejan las juntas de agua, en tareas de restauración activa y pasiva, fomentando la conectividad ecosistémica en el biocorredor. Habrá representantes en la plataforma de Gobernanza del BIAN.

En las comunidades se implementarán sistemas agrosilvopastoriles que mejoren los sistemas de producción, serán beneficiarios/as de las Escuelas de Capacitación Rural y Campesinas, ECAS, de la implementación de actividades de turismo comunitario que dinamicen la economía y que permitan disminuir la presión sobre los ecosistemas.

Las actividades de educación ambiental se dirigirán principalmente a los jóvenes de las comunidades que habitan el BIAN. Serán beneficiarios de la acción también los técnicos de los GAD, pues  podrán  fortalecer sus capacidades en cuanto a la gestión de los recursos naturales con un enfoque de cambio climático.   

El Proyecto culminará con la entrega del expediente técnico legal necesario para la declaratoria del Biocorredor por parte del MAE, para la realización de dicho expediente el proyecto generará a lo largo de tres años las condiciones necesarias para garantizar la sostenibilidad.

La Prefectura de Imbabura, liderada por Pablo Jurado, aportará con un valor de noventa mil novecientos cincuenta dólares, aporte que se visibilizará a través la creación de una red de viveros institucionales y comunitarios para diversificar la oferta de plantas multipropósito y mejorar la conectividad; elaboración participativa y con enfoque de género de planes para la conservación, restauración activa y pasiva, con énfasis en la conectividad de los ecosistemas andinos y las soluciones basadas en la naturaleza, entre otros compromisos.