Avanza la gestión comunitaria del agua: aprobado el estatuto de la Empresa Pública Comunitaria Pesillo-Imbabura

En un avance histórico para las comunidades rurales del norte del país, se aprobó el estatuto para la creación de la Empresa Pública Comunitaria de Agua Potable Pesillo-Imbabura, una iniciativa que consolida la gestión comunitaria del recurso hídrico y fortalece el acceso al agua segura para miles de familias.

 

 

El documento fue elaborado de forma participativa y enriquecido con aportes de las 16 juntas regionales que integran el sistema Pesillo-Imbabura, lo que garantiza un modelo de gobernanza representativo, inclusivo y profundamente enraizado en las decisiones colectivas de las comunidades beneficiarias.

 

 

El proyecto Pesillo-Imbabura es uno de los sistemas de agua potable más emblemáticos del país. Nació como resultado de décadas de lucha de las comunidades indígenas y campesinas por el derecho al agua, y fue posible gracias al trabajo articulado entre organizaciones sociales, gobiernos locales, la Prefectura de Imbabura y entidades como el Banco de Desarrollo del Ecuador (BDE), que aportaron al financiamiento y asistencia técnica.

 

 

Este sistema interprovincial capta agua desde los páramos de Mojanda y la laguna de Yuracruz y distribuye el recurso a más de 130 comunidades rurales de los cantones Cayambe (Pichincha), Otavalo, Antonio Ante e Ibarra (Imbabura). Con más de 90 kilómetros de redes, estaciones de tratamiento y almacenamiento, el proyecto actualmente beneficia a más de 30.000 personas, mejorando su calidad de vida y promoviendo la equidad en el acceso a servicios básicos.

 

 

Con la creación de la Empresa Pública Comunitaria, se busca garantizar la sostenibilidad operativa del sistema, fomentar el uso responsable del agua y fortalecer la autonomía de las comunidades en la gestión de sus recursos naturales.

 

 

El siguiente paso será la oficialización de esta empresa ante las autoridades competentes, lo que marcará el inicio de una nueva etapa de consolidación institucional y técnica.

 

 

El proceso ha sido celebrado por líderes comunitarios, autoridades locales y defensores del derecho al agua, quienes coinciden en que el modelo de gestión del proyecto Pesillo-Imbabura se constituye en una referencia para todo el país.

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