
El período de ausencia de lluvias en Ecuador, conocido como estiaje, comenzó este 2025 en septiembre, según reportes del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi). Aunque históricamente esta fase se inicia en octubre, en los últimos años se ha adelantado. A diferencia de 2024, este año se prevé una temporada menos severa.
El estiaje de 2024 fue calificado como la peor sequía de los últimos 60 años, con cortes de energía eléctrica de hasta 14 horas diarias y pérdidas económicas estimadas en USD 2.000 millones, de acuerdo con el Banco Central del Ecuador (BCE). La crisis energética se agravó por la caída en la producción hidroeléctrica y las restricciones en la venta de energía por parte de Colombia.
En contraste, el panorama para 2025 es más alentador, gracias a las lluvias registradas entre junio y agosto, especialmente en la región amazónica, donde se ubica Coca Codo Sinclair, la mayor hidroeléctrica del país.

«Todo este aporte constante de humedad y eventos de precipitación en esos meses previos que suelen ser más secos hacen que hasta ahora no se espere un estiaje muy severo ni muy notorio como el de 2024″, señaló Javier Macas, analista en pronóstico meteorológico del Inamhi.
El río Coca, clave para la generación hidroeléctrica, registró un caudal promedio de 670 m³/s en junio y 723,13 m³/s en julio, este último el valor más alto desde que se tiene registro histórico, según la Comisión Ejecutora del Río Coca.
Lluvias puntuales durante septiembre
Aunque septiembre suele ser un mes seco, el Inamhi prevé la presencia de lluvias en ciertos períodos. Entre el 5 y el 8 de septiembre, se esperan precipitaciones fuertes en la región amazónica, especialmente en la zona del complejo Paute-Molino. Posteriormente, entre el 10 y el 12 de septiembre, se prevén lluvias más dispersas en el norte del país y en áreas de estribación de la cordillera.

Posible impacto de La Niña
El Inamhi y autoridades locales también monitorean el posible retorno del fenómeno de La Niña, que podría intensificar las lluvias en zonas altas de la cordillera occidental. Según Rigoberto Guerrero, subgerente de gestión ambiental de la Empresa Pública de Agua Potable de Cuenca (Etapa), esto afectaría las cuencas de los ríos Machángara, Tomebamba, Tarqui y Yanuncay, fundamentales para el funcionamiento del sistema Paute-Molino.
A pesar de que los embalses del país están llenos, Ecuador aún mantiene un déficit energético y depende de la importación de electricidad desde Colombia, lo que obliga a un monitoreo constante de las condiciones climáticas e hídricas.
